miércoles, 5 de agosto de 2009

mi ex

La ex
Hablare sobre mi ex, ella se llama cristina y es una chica totalmente distinta a todas con las que he estado.
Ella es muy atractiva, es alta de cabello negro, ojos color miel, de pequeños senos, y tiene un culito pequeño pero duro. Es una chica amable y muy risueña, lo mejor de ella es que su carácter, siempre sonriente.
Inicie mi relación con ella cuando entre a la escuela, estaba conociendo a los compañeros del grupo y ella era la única que tenia los mismos gustos que yo, tanto en la ropa, como en la música, de inmediato hubo química entre los dos.
Así después de un breve tiempo empezamos una relación que tomo un matiz sexual en poco tiempo. La primera vez que hicimos el amor fue en una fiesta de una compañera, ella y yo ya desde tiempo atrás estábamos buscando solo el lugar para que se diera bien ese encuentro. Cuando llegamos a esa reunión de inmediato buscamos un cuarto para tener mayor intimidad, y solo encontramos uno en donde todos los que estaban en la fiesta habían dejado sus cosas, nos besamos apasionadamente y llego el momento de tocarla, cada parte de su piel y cada segundo que transcurría aumentaban el deseo que sentíamos los dos, le quite su blusa y bese su abdomen que tenia un aspecto duro por el ejercicio que hacia todas las mañanas antes de ir a la escuela, al pasar por su ombligo ella se estremeció y me pidió que la penetrara, pero yo quería calentarla más. Así continué besando todo su cuerpo y quitándole todas sus prendas hasta que quedo solo en una pequeña tanga que se veía ya por la parte de su vagina totalmente impregnada de su humedad, así me quite yo la ropa y me acosté en la cama, ella se monto en mi poniendo su culito a la altura de mi nariz y ella mamo todo mi miembro, mientras yo con las manos le hacia a un lado su tanga para poder saborear sus exquisitos jugos y su delicioso y amargo ano. Después de un momento ella no pudo aguantarse mas y de su vagina salio en abundancia un liquido que inundo mi boca, además que sus gritos se escucharon en la fiesta que estaba afuera.
Después de ese bestial orgasmo ella se acostó en la cama y yo sobre ella, era la clásica posición del misionero, pero ella me dijo que quería algo distinto, así que se puso de pie y sus manos se recargaron en la cama, mientras yo la penetraba por su ano, esta era la primera vez que yo penetraba a una mujer por la parte de atrás así que lo hice fuertemente lastimándola, ella grito de nuevo pero esta ves de dolor, pero me pidió que no se la sacara, así mientras ella se acostumbraba a sentirme en su interior yo veía mi reflejo en un espejo que había frente la cama, podía ver nuestros dos cuerpos unidos y totalmente todos nuestros músculos haciendo fuerza, en ese momento me sentí muy poderoso, pues tenia el poder de lastimar y dar placer a alguien solo con un movimiento, así después que ella se acostumbro yo seguí bombeando en su interior a un ritmo leve, pero ella me pidió que fuera acelerando el ritmo, yo acelere lo mas que pude hasta que sentí un calor intenso y eyacule en su interior, sentí cada explosión y cada contracción de su cuerpo, me quede dentro de ella hasta que mi pene perdió toda su fuerza.
Ese día no hubo la necesidad de hacerle el amor por la vagina pues ella quedo satisfecha y mientras cobraba de nuevo mis fuerzas ella, volvió a pedirme que le mamara su culo, así obedecí sus ordenes, pero esta ves encontré un ano totalmente dilatadísimo además de calientito, ella gritaba, se retorcía y me apretaba contra su interior hasta que recupere el tamaño normal de mi pene y volvimos. Esta ves yo me acosté en la cama observando e techo mientras ella se ensartaba en mi pene dándome la espalda, seguí viendo el espejo y podía la cara de mi pareja a través de este, ella tenia los ojos cerrados pero cuando los abrió vio también el espejo y acelero sus movimientos hasta que estallamos juntos en medio de los deliciosos gritos que ella daba y las descaras de mi semen en su interior.
Lo que resto de la tarde estuvimos acostados en la cama besándonos y acariciándonos, hasta que la gente comenzó a irse y a recoger sus cosas que estaban en el cuarto en el que nos encontrábamos.
Esa fue la primera vez que estuve con esa chica que hace poco se tuvo que ir a vivir a otro país, esa chica con la que conocí las cosas más perversas de una mujer.

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