martes, 4 de agosto de 2009

relato erotico " mi vecino"

Esa noche de verano parecía como las demás. Nunca esperé terminar con su polla dentro de mí... Todos los días nos veíamos sin más. Martin era uno de mis companeros de piso. Su cuerpo siempre me excitó. Es uno de esos deportistas que simplemente te dejan con la boca abierta, no demasiado musculoso pero simplemente durito. Un par de años menor que yo y un atractivo sexual q me enloquecía. Yo era una chica latina estudiando en Alemania. Físicamente no tengo un cuerpo de modelo ni mucho menos. Mis senos creo q son mi mayor atractivo, ya q son bastante grandes y redondos y bueno, a los chicos les encantan cuando los ven. Por lo demás era un poquito rellenita y, aunq no tenia mal cuerpo, no me considero nada fuera de lo normal. La relación habia pasado a ser cada vez más cercana. Pasabamos muchas veces las noches viendo la tele y tomando cervezas, a veces solos, a veces con el resto de mis vecinos, realmente no había diferencia. Tampoco pensé nunca que esa noche de verano hubiera diferencia alguna, pero la hubo. Era sábado y todos estaban fuera por vacaciones o simplemente por las fiestas. Yo, al ser extranjera, y trabajar durante las vacaciones, siempre estaba en casa. Martin había llegado esa semana pq tenía q estudiar para un examen de recuperación. Esa noche luego de la cena me ofreció una cerveza. Hacía un calor terrible, los veranos en Alemania pueden llegar a ser insoportables, así q la acepté con gusto. Pusimos algo de música, como era normal y nos sentamos a charlar un poco. Yo andaba vestida con ropa típica de casa, en especial durante el verano. Un pantalón de mezclilla corto q me llegaba casi hasta arriba de los muslos y una camiseta algo ajustada con un escote levemente pronunciado. Tal vez era un atuendo un poco más provocador de lo normal pero no lo pensé así, simplemente me puse la ropa más fresca q encontré. Martin usaba una pantaloneta q, ahora q lo pienso, le quedaba muy bien. No era demasiado ajustada, simplemente acentuaba su culo a la perfección, y yo q siempre he tenido afición por el culo masculino, pues no pude dejar de notar lo bien que quedaba esa pantaloneta. De charla trivial pasamos a charla más personal. Hablamos de nuestra situación amorosa actual y ambos desahogamos un poco nuestras penas amorosas en la tercera cerveza. Me contó q tenía ya un año casi de no estar con una chica, y yo sólo podía pensar q eso no era posible. Cómo era q este alemán tan increíblemente atractivo para mi no tenía pareja, y peor, hace tiempo q no tenía relaciones sexuales con una chica. No sé si fue el alcohol, pero en un momento le comenté lo mucho q me sorprendía esta situación. El se sintió alagado por mi observación, supongo q no le decían muy a menudo lo atractivo q es. Para este momento estábamos sentados en el sofá esquinero q había en la cocina y al mirarlo me di cuenta q sus ojos estaban disimuladamente mirando el principio del canal de mis senos q se mostraba entre el escote. Al darse cuenta q lo veía se sonrojó y yo me sonreí, no pude más q pensar q este chico, con todo lo bueno q estaba, definitivamente no era un mujeriego. Bromee un poco con él para q se le pasara la pena y le dije q no tenia pq preocuparse, q me alagaba mucho q se fijara en mí, la verdad era algo q me sorprendía un poco. Ahi cambió algo en su mirada. Un escalofrío recorrió mi cuerpo mientras él me decía q no dijera eso. Que yo era una chica muy bonita, muy sensual y q lo perdonara pero q realmente le atraía. Su mirada era penetrante. Recorría mi rostro desde los ojos a los labios y volvía a los ojos de una manera q me hacía estremecer. Recuerdo q estaba tan nerviosa en ese momento q no pude articular más q un "gracias" entrecortado. En ese momento me besó. Un beso que llegó rápido pero no se fue rápido. Al momento estaba su lengua recorriendo mis labios y abriéndose camino dentro de mi boca. Su mano detrás de mi nuca me envolvía entre su boca mientras su otra mano se posaba sobre mi muslo desnudo y me acariciaba. La sorpresa del principio fue dando paso a la excitación y me fui entregando a ese beso q me hacía temblar hasta lo más profundo de mi ser. Su lengua abrió mi boca y buscó la mia con desesperación. Mis manos rodearon su cuello y dejé q me comiera la boca mientras mi lengua hacía lo suyo con sus labios. Se puso de rodillas entre mis piernas sobre el sillón mientras sus manos rodeaban mi cintura. Las fue metiendo poco a poco dentro de mi camiseta y subiendolas por mi espalda. Me tocaba con un deseo increíble. Su necesidad de calor, de contacto, de sexo era tan erótica q simplemente no podía dejar de humedecerme. Nos besábamos salvajemente, nuestras bocas abiertas y nuestras lenguas entrelazadas. De vez en cuando mordía mi labio inferior y tiraba de él mientras de mi boca salían gemidos apagados sin q yo pudiera controlarlo. Su boca se aferró a mi cuello mientras sus manos subían mi camiseta hasta quitármela completamente. Yo traía un sostén blanco de media copa q dejaba la mitad de mis senos fuera, apenas cubría el pezón y la aureola. Mis manos estaban en su culo, lo apretaban, lo acariciaban, lo disfrutaban con un deleite increíble. Al mirar mis senos casi desnudos, sus ojos desorbitados querían salirse. Sus manos se fueron directo a ellos, tratando de contenerlos entre sus dedos pero no cabían. Los apretaba y los unía mientras su lengua empapada los recorría por encima del sostén. Sacó uno y se lo llevó a la boca con una pasión indescriptible. Lo chupaba y lo mamaba como deseando tragárselo entero, mientras sus manos recorrian mi espalda tratando desesperadamente de soltar el broche del sostén. Al quitarme el sostén volvió a tomar mis tetas en sus manos mientras me susurraba al oído q me deseaba. Me aseguraba q hace mucho queria lamer mis senos y comérselos hasta cansarse. Mis manos no se quedaban quietas. Luego de quitar su camiseta comencé a abrir su pantaloneta deseando tener esa polla q tanto deseaba entre mis dedos. Nos dimos vuelta y ahora quedó él sentado en el sillón, mientras yo de rodillas sobre su regaso quitaba del todo su pantaloneta y le dejaba en boxers. Su polla era bastante grande, se veía un bulto muy levantado bajo el boxer gris q traía. Mis senos colgaban frente a su cara y él hacía hasta lo imposible por metérselos en la boca. Yo mientras tanto acariciaba su polla caliente con mis manos mientras besaba y succionaba su cuello. Tomé sus manos y las puse tras de su espalda, quería jugar con él y llevarlo al climax de una manera en q nadie lo había llevado. Comencé a bajar con mi boca por su pecho, recorriendo cada rincón de su piel y saboreándola. Me miraba como loco, tratando de tocarme y con desesperación. Lo tomé con mis manos y acerqué su cadera al borde del sillón mientras yo me incaba en el suelo frente a él. Mi boca estaba ahora en su abdomen y mis manos recorrían su pecho con mucho deseo. Moría por tener su polla entre mi boca, por saborear todo su cuerpo pero quería llevarlo al punto máximo de excitación. Un dedo se deslizaba por su boca y él lo succionaba como poseído, mientras mi otra mano recorría su pierna y llegaba justo a un centímetro o menos de su polla en total erección. El me suplicó q por favor quitara el boxer, q ya no aguantaba más y no me hice esperar. Con los dientes tomé el elástico y con las manos me ayudé para q levantara las caderas. Su polla dura y caliente salió de un brinco rosando mi rostro y sení morir de deseo al ver lo dura y venosa q se encontraba. Con una mano la tomé por la base y me dispuse a lamerla, no sin antes mirarlo a los ojos y sonreír, diciéndole lo mucho q quería deleitarme con su rica verga entre mi boca. La punta de mi lengua comenzó a rosar el glande recogiendo un par de gotas de líquido preseminal q ya se asomaban. Primero recorrí con la punta dura todo el frenillo y el agujero. Luego con la lengua extendida comencé a lamer desde la base hasta la cabeza dejando un camino de saliva q me permitiera meterla luego más fácilmente entre la boca. Su cabeza era ancha, lo cual no sería facil de tragar, pero no estaba dispuesta a dejar un sólo centímetro fuera de esa polla q me enloquecía. Luego de recorrerla toda con mi lengua y saborearla deliciosamente, comencé a rodear su glande con mis labios mientras mi lengua la humedecía y jugaba con ella traviesamente. Para este momento Martin no podía dejar de contener sus gemidos y eso me fascinaba. Lentamente fui metiendo su polla entre mi boca, albergándola entre mi cavidad y succionándola con mi garganta para ayudar a q entrara más. La primera vez entró hasta la mitad, entonces la saqué lentamente y volví a meterla hasta los tres cuartos. Mis labios aprisionaban todo ese palo de carne entre ellos y ayudaban al movimiento del pellejo q se extendía y recorría al salir y entrar su verga de mi boca. Mi garganta seguía succionándola y mi lengua le daba masajes al glande conforme iba entrando o saliendo de mi húmeda y caliente boca. Cuando pude introducirla toda en mi boca sentía q me ahogaba. Esa sensación de llenura me ponía todavía más cachonda y podía sentir como mis jugos ya no solo empapaban mi ropa interior sino comenzaban a mojar la mezclilla del pantalón q aún traía. El movimiento aumentó su velocidad y su polla comenzó a entrar y salir de mi boca más cómodamente. Poco a poco mi boca se acostumbraba al tamano y me permitía maniobrar mejor. Mis manos acariciaban sus calientes huevos y sus manos sobre mi cabello lo acariciaban y ayudaban al movimiento. La velocidad iba en aumento y la fuerza con q sus manos empujaban mi boca sobre su polla también. En ese momento decidí bajar un poco el ritmo pq no tenía planes de q se corriera tan pronto. No quería q fuera un polvo más, sino un deleite de sensaciones y placer. Saqué su polla poco a poco de mi boca y la tome entre mi mano mientras comenzaba a lamer sus huevos poco a poco. Luego de tenerlos húmedos me los metí entre mi boca y comencé a succionarlos suavemente, mientras mi mano le hacía una masturbación lenta y placentera. Los gemidos de su boca eran ahora casi gritos y su cuerpo temblaba por completo. Mi mano daba a veces apretones a su verga q hacían q saltara de placer y un leve dolor a la vez. Luego de mamarle bien los huevos me coloque´su polla ardiendo entre mis dos senos, dispuesta a masturbarlo con ellos como nadie lo había hecho jamás. Al ver lo q pretendía tomó los senos entre sus manos y los apretó totalmente, rodeando fácilmente todo su mástil y dejando sólo la cabeza fuera de ellos. Yo me movía hacia adelante y hacia atrás mientras abría mi boca para dejar q el glande de su verga entrara en mi boca. Succionaba su glande mientras mis tetas lo masturbaban. Su polla creció aún más y se puso como un garrote de dura. Mis manos masajeaban suavemente sus huevos mientras él me decía que se correría en cualquier momento. Me dispuse a tragar cada gota de leche q saliera de su polla y entonces abrí mi boca y saqué mi lengua para q sus chorros cayeran sobre ella y así él pudiera ver como me tragaba su leche caliente y cremosa. Sus primeros dos chorros cayeron sobre mi lengua y me los trague. Luego soltó mis tetas y empujó su polla completa entre mi boca para terminar de correrse. Los demás chorros golpearon mi garganta mientras yo succionaba tratando de tragar la cantidad tan grande de leche q salía de esa verga. Realmente tenía mucho tiempo de no tener sexo, pq con toda la leche q echó en mi boca sin duda hace mucho q se la tenía guardada. Unas gotas de leche cayeron por las comisuras de mi boca, asi q con mi lengua las recogí y me las metí de nuevo para saborearlas. Mi coño estaba empapado y deseoso de guerra. Luego de unos momentos de retomar el aire los dos me levantó y me besó en la boca con más pasión q antes mientras me acercaba a la mesa que quedaba a unos metros. Sus manos me ultrajaban literalmente el culo y la entrepierna. Me metía las manos como desesperado y abría el cierre de mi pantalón con rapidez y fuerza. Al sentir lo mojada q estaba me susurró al oido q deseaba probar todos mis jugos y hacerme correr aún más fuerte de lo q yo lo había hecho correr a él. Esto me puso super caliente y comencé a masturbarme con su mano entre mis piernas. Me sentó en la mesa y luego me acostó, flexionando mis piernas para abrir por completo mi coño. Comenzó a chuparme los labios por encima de la ropa interior devorando mis jugos y de vez en cuando mordiendo mis muslos. Mis manos acariciaban su cabello y lo incitaban a seguir adelante. Tomó por los lados mis bragas y las tiró de un sólo jalón hacia abajo. Sus movimientos salvajes y lentos a la vez me tenían loca de pasión y de deseo. Quería q metiera toda su cara entre mi coño. Al tenerme desnuda se sonrió y su mano acarició el vello recortado de mi concha caliente y empapada. Tomó mis piernas y las colocó sobre sus hombros mientras su lengua lamía la entrada de mi coño. Abrio los labios gruesos y carnosos de mi concha con sus manos mientras su lengua se deleitaba recogiendo los jugos q ya empapaban su rostro. Olió mi concha y comenzó a lamerme con deseo y de una manera salvaje. Su lengua recorría toda mi raja hasta llegar al clítoris. Lo lamía en círculos suavemente y volvía a lamer mi raja. Comenzó a introducir un dedo entre mi coño mientras su boca succionaba mi clítoris y lo lamía de una manera suave y ardiente a la vez. Una vez q su dedo estuvo dentro, introdujo el segundo y comenzó a moverlos dentro de mí. Yo gemía y me retorcía sobre la mesa. Arqueaba mi espalda y mis piernas aprisionaban su rostro para q no se despegara de mi. Luego de mover lentamente los dos dedos en mi coño comenzó a hacerlo más rápido y fuerte. Me clavaba los dedos de una manera de verdad salvaje y lamía mi clítoris rodeándolo con los labios y masajeándolo con la lengua. Mis jugos chorreaban hacia mi ano y mis gemidos estoy segura q podían oírse hasta el piso de arriba. Comencé a gritarle q me corría y aumentó el ritmo sin parar de chuparme el clítoris. Entonces exploté en un orgasmo que me llevó al cielo de un brinco. Los jugos chorreaban por mis muslos y hacia mi culo mientras el sudor bajaba por mi estómago y mis senos. Apreté su cabeza entre mis piernas mientras me corría empapando su cara y manos. Mientras recuperaba el aliento se subió sobre la mesa y sobre mí sin dejar mucho descanso. Su polla estaba dura y caliente y él no estaba dispuesto a dejar de penetrarme. Me dio un condón q le coloqué con mi boca y se dispuso a clavarme. Tomó mis piernas de nuevo, las colocó sobre sus hombros y apunto la cabeza de su verga en el agujero de mi concha. Era gruesa, pero luego de la lubricación y el orgasmo bestial q acababa de tener no le fue difícil clavarme de una sóla estocada q me sacó un grito ahogado. Comenzó a cabalgarme lenta y profundamente. Cada embestida llegaba más profundo que la anterior y sus manos apretaban mis pezones y tiraban de ellos sin compasión. Me clavaba sin misericordia, queriendo penetrarme hasta el fondo de mi ser. Su polla era un delirio de placer, la manera en como me llenaba y me hacía gozar era indescriptible. Aumentaba el ritmo y yo sentía como pronto otro orgasmo tocaría a mi puerta. En ese momento me pidió q cambiáramos de posición y me colocó con el culo en pompa para clavarme por detrás. De nuevo me la metió de un solo hasta el fondo de mi concha y acariciaba mi culo. Me daba palmadas en los cachetes y me decía lo mucho q le gustaba follarme. Comenzó a darme más duro y más duro mientras me llamaba su zorra, su perra, y me apretaba las tetas desde atrás. Me sentía totalmente poseída por él, mi cuerpo le pertenecía y el placer q sentia era increíble. Yo le decía lo cabrón q era, lo mucho que me gustaba q me clavara así y q era su zorra, q era su puta y q quería q me tratara como tal. No paraba de pedirle más y él de darme más. Me tomaba por los cabellos y me clavaba realmente salvaje mientras me mordía la espalda y me daba palmadas en los cachetes q me dejaban marcados los dedos. El ritmo aumentó, la velocidad de las estocadas era impresionante y yo sin poder aguantar más me corrí en un orgasmo q contrajo todo mi cuerpo. Mi coño apretaba su polla mientras los espasmos recorrían mi cuerpo y en ese momento al sentir mi orgasmo en su verga, él se corrió también dentro. Toda su leche entre el condón mientras gritaba y me daba más duro con cada chorro. Sacó su polla de mi concha y nos quedamos un rato ahí sobre la mesa, ambos exhaustos y gozando del placer que recorría nuestros cuerpos. Me besó largo y profundo mientras acariciaba mi rostro y mi cabello. Nos levantamos de ahí y recogimos la ropa para irnos a su cuarto a descansar un poco... aunque realmente tanto no descansamos...

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