martes, 4 de agosto de 2009

relato erotico " una companera muy complaciente

Yo soy un tipo normal, alto de 1,90 más bien delgado, rubio, de ojos azules, aunque tengo un buen trasero bien formado y unas pantorrillas bien formadas y musculadas por el atletismo.
La conocí en un viaje por trabajo en Atenas. Me la presentó un compañero. Se llamaba Korina.
Cuando nos conocimos estuvimos hablando un buen rato sobre temas de trabajo y al final nos dimos los teléfonos con la promesa de llamarnos un día de estos y tratar de cosas más personales para conocernos. Ella me dijo que seguro que no la llamaría, pero me encantó su conversación y su forma de ser y me decidí a llamarla, pues el olor de su perfume y la visión de su cuerpo, no me dejaba olvidarla.
Era una chica espectacularmente guapa, melena rubia larga de cabellos finos y suaves, ojos azules, estatura media, un cuerpo bien formado con sus buenas curvas, pechos de tamaño medio pero firmes y piel delicada, no muy morena pero tampoco blanca del todo, un poco tostada por el sol de la isla de Mikonos. Me pareció muy raro que estuviera soltera. Aquel día vestía pantalón negro muy ajustado tipo pitillo y un jersey negro de cuello vuelto con manga a la sisa que dejaba ver sus brazos bien formados. Tenía unas manos con dedos largos y finos y una manicura perfecta.
Al día siguiente la llamé y al principio estaba muy sorprendida, por mi llamada. Quedamos en vernos por la noche después del trabajo en un local con vistas a la ciudad. Al principio estaba muy nervioso y ella tomó un poco las riendas de los acontecimientos, pues yo no sabía dónde ir ya que no conocía la ciudad. Cuando llegamos, estuvimos charlando mucho tiempo y cuando nos despedímos me ofrecí acompañarla a su casa. Le pedí al taxi que esperara y la acompañé hasta el portal. En ese momento acerqué mis labios a los suyos y nos fundimos en un beso platónico. Sintiendo su lengua dentro de mi boca, me excité y metí mi pierna entre sus muslos a lo que ella respondió rozándose contra mi muslo. Al oído le pedí si quería que subiera a su habitación, pero me dijo que vivía con sus padres y que no podía ser. Esa noche nos despedimos sin más y quedé prendado de ella hasta la próxima vez.
Durante varios meses mantuvimos el contacto por teléfono. Nuestras conversaciones iban subiendo de tono recordando aquel momento en el portal de su casa.
Un día, me encontraba muy excitado y la llamé, mientras nuestra conversación subia de tono, yo me empecé a tocar la entrepierna y le dije que quería saber como iba vestida.
Ella contestó:
– Pues llevo puesto un vestido negro.
– Y qué zapatos llevas.
– Negros con un poco de tacón.
– Seguro que estas muy guapa.
– Bueno??? Si tu lo dices? Yo no me veo tan guapa.
– Y que llevas debajo?
– Debajo de dónde?
– Del vestido?
– Llevo unas braguitas y unas medias.
– ¿y el sujetador?
– No llevo.
– ¿Y de que color son?
– Negras tipo tanga con encajitos.
– ¿Y estas en tu cuarto?
– Si
– ¿Estas sola?
– Si, porqué?
– ¿Que haces con tus manos?
– Pues con una tengo el teléfono y con la otra estoy dibujando un corazón con mis dedos sobre la almohada.
– Pues me gustaría que te levantaras el vestido y te acariciaras tus muslos por dentro.
– Vale pero, ¿tu que estas haciendo?
– Si te tocas tus muslos, yo me tocaré la parte de mi cuerpo que a ti te gustaría tocarme en este momento.
– Yo me estoy tocando los muslos, ahora tu te tienes que tocar los labios.
– Vale
– Ahora quiero que pases los dedos por encima de tus bragas, rozándote el monte de venus.
– Lo estoy haciendo.
– ¿Estas depiladita?
– Si, siempre lo hago. ¿y tu qué estas haciendo con tus manos? Te noto algo excitado y eso me está poniendo loca. Tu voz me encanta. Es muy bonita.
– Mastúrbate.
– Si lo haces tu conmigo.
– Pues claro, me quito la camisa y me desabrocho los pantalones. .... Estoy totalmente desnudo y sólo llevo puestos unos boxers cortitos.
– Y como son?
– Son blancos, y estoy marcando paquete por el hinchazón que tengo dentro. ¿Quieres que meta mi mano por debajo como si fuera la tuya?
– Ahi, si.

– ¿Te gustaría que te hiciera el amor por el culo?
– No, Me duele.
– ¿Pero lo has probado?
– Mi último novio me lo hacía y me dolía mucho, es una sensación ambigua, pero si te gusta lo podemos probar, si lo haces con cariño y me quieres mucho supongo que todo irá bien.
Y la conversación siguió hasta que no corrimos los dos.
Después de aquella conversación, yo estaba muy caliente y ella también se puso muy cachonda. Otro día me dijo que quería venir a España a verme y quedamos en Madrid para encontrarnos un fin de semana y pasar todo el fin de semana entero juntos sólos.
Preparé aquel fin de semana para poder follarmela tantas veces como fuera posible y planeé todo tipo de actividades que nos permitieran follar en todo momento, sin que ella se diera cuenta.
Llegado el día, fui a recogerla al aeropuerto de Barajas. La recibí con un ramo de flores y con un beso platónico cogiendola por la cintura. Iba vestida con una minifalda de tubo negra con una rajita lateral que al andar dejaba entrever el encaje del liguero y un poquito de pierna, medias oscuras con liguero, zapatos de salón negros con taconazo que le marcaban bien el culo, una blusa blanca con los botones abiertos hasta marcarle el canalillo y una chaqueta de traje cruzada con solapas tipo blazer. La acompañé hasta mi deportivo descapotable y mientras caminábamos por el aeropuerto, notaba como todos los tíos se paraban a mirar a este monumento de mujer. En los espejos de las tiendas veía el reflejo de los sitios que al pasar nosotros se tocaban el paquete empalmados, y realmente los comprendía, pues la niña estaba para romper el molde (aún guardo sus fotos y me sigo pajeando recordándola). Cuando llegamos al coche, nos volvimos a besar, como dos tortolitos la agarré fuerte por la cintura y la metí en el asiento sin parar de darle besos de pasión por el asiento del copiloto, luego cerré su puerta y al cruzar el coche ella no paraba de mirarme con deseo. Durante el camino fuimos charlando de los planes que había previsto para el fin de semana, y ella no paraba de levantarse la falda para que le viera sus piernas por encima del encaje y la rajita de la falda. Supongo que lo hacía porque estaba muy cachonda pues nuestras conversaciones por teléfono habían generado en ella un ardor pasional que tenía sus pensamientos nublados por la pasión. Cuando llegamos al hotel, pedí nuestra reserva y ella me comentó que porqué había cogido una sola habitación a lo que le contesté que si lo prefería podíamos coger 2 habitaciones. Ella obvió la respuesta poniendo cara de pícara e inocente cosa que me encendió más y cuando nos dieron las llaves fuimos a la habitación sin entretenernos. En cuanto entramos, ella abrió la maleta y se dio cuenta de que no era la suya. Se puso muy nerviosa, pensando que otro hombre vería las prendas de lencería (braguitas y ligueros) que se había comprado para nuestro encuentro y estaba muy cortada. Cuando conseguimos resolver el problema de la maleta en el aeropuerto, volvímos a Madrid, cenamos algo en un sitio de tapeo que aún estaba abierto y nos fuimos al hotel. Los dos estábamos muy calientes y tanto yo como ella lo notábamos en nuestras caras. Mis abrazos iban bajando por su espalda y ella se rozaba de cuando en cuando con mi paquete (supongo que recordaba lo que le conté que mis boxers me marcaban mucho el paquete empalmado) y no quisimos hacernos esperar más. Una vez allí, deshizo su maleta y se metió en el cuarto de baño inmediatamente. Yo me desnudé y la esperé en la cama sólo con mis boxers, como le había contado por teléfono. Cuando salió, iba vestida con un batín de seda blanco semitransparente que le llegaba justo por debajo de las ingles, cruzado con un cinturón. Al andar hacia mi se le abría la rajita del batín y se podía admirar la belleza de sus piernas y este movimiento dejaba entrever sus pechos endurecidos como queriendo salir . Le abrí el sobre de las sábanas para acomodarla junto a mi y se hizo un poco la remolona poniéndose de espaldas a mi, dejándome observar sus cabellos. La empecé a besar en el cuello, en las orejas, y se dio la vuelta diciendo:
- Hay pillo, que se lo que quieres, pero todo no te lo voy a dar tan fácil, no?
Luego la besé en la boca y ella respondió positivamente enterneciéndose. Poco despues empecé a acariciar su piel por todas partes y fui quitándole el batín. Debajo no llevaba nada. Estaba totalmente desnuda y tenia un cuerpo perfecto. Sus pechos no eran ni grandes ni pequeños y duritos y sus pezones más bien duros, exactamente como a mi me gustan. Los besos se fueron intensificando y la lengua empezó a moverse por dentro de su boca como si fuera mi polla. Me estaba haciendo una mamada a mi lengua y aquello despertaba mi instinto salvaje. Cuando la terminé de desnudar fui bajando besando todo su cuerpo hasta llegar al coño. Primero fui besando su monte de venus. Lo tenía todo depiladito y hermoso, hasta olía bien a perfume con clase seguro que carísimo. Empecé a introducir mi lengua rodeando el clítoris y ella empezaba a retorcerse de placer:
- ah, ah, ah, si, si,si, si. – y me apretaba con sus manos en la cabeza dando más presión a mis lenguetazos.
- Disfruta preciosa. Me encanta como chillas de placer. Tus gemidos son música para mis oídos y estímulo para mi polla.
Se fue colocando más relajada y abriéndose de piernas, dejaba que yo introdujera mi cabeza entre ellas. Le coloqué una almohada bajo su pelvis y dejó todo su coño a la vista para que yo me lo comiera. Ella apretaba mi cabeza con fuerza contra si y yo iba pasando de los lametones en su clítoris al interior de su vajina poco a poco. Una vez con mi lengua metida hasta el fondo, empecé a meterla y sacarla con presión a lo que ella respondía con gemidos profundos de placer.
- Que bien lo haces¡¡¡ ah, ah, si, sigue, ah, oh, ah, ay, que bien¡¡¡¡¡
- Como no te lo voy a hacer bien si, te amo¡¡¡¡
Sus gemidos fueron haciendose más seguidos hasta que se corrió de placer y me llenó de sus fluidos por toda mi boca. Me abrazó y sentí que estaba muy relajadita. Me acerqué a su oído y le dije que ahora se iba a portar muy bien como puta que era. Esto la excitó tanto que me empujó sobre la cama y me dejó estimado con mi polla bien tiesa a su antojo. La cogió con la mano y empezó a pajearme mientras me miraba con cara de deseo sacando su lengua, pasándola po la boca, mordisqueándose el labio y diciéndome.
- ¿Me estoy portando bien? Eh?
- Vas por buen camino, pero sigue, sigue, Eres toda una puta¡¡¡¡¡
- ¿Has visto lo furcia que soy? Tu polla está tan dura que si me la metes me vas a romper por todas partes.
- Oh, no¡¡¡¡ te encantará, ya lo verás¡¡¡¡
- No me harás daño, verdad??? Hazlo con cuidado, la tienes muy dura y gorda. Es tan gorda y me excita tanto tenerla en mi mano que mi coño se está derritiendo.
Al momento se colocó a cuatro patas y mientras con una mano me pajeaba, su boca se agachó a comérsela entera. Apartó la mano y acarició mis huevos con ternura, pero su boca no paraba de bajar e introducirse la polla entrera en la boca mientras con su lengua iba apretando las paredes de la polla y succionandola. Cuando estuvo toda dentro empujó con la mano los huevos hasta tenerlos también en su boca. Mi excitación fue tal que comencé a tener espasmos. Ella empezó a sacársela de la boca, mientras la lamía con su lengua. Al llegar al capullo, lo empezó a chupar suavemente con cara de sentir tanto placer con ella como estaba sintiendo yo. Mientras la escena seguía, yo tenía su coño a mi alcance y lo acariciaba. Estaba chorreando y muy excitado e hiperlubricado. Estaba claro que se había puesto a tono de nuevo tanto como lo estaba yo. La mamada que me estaba haciendo era espectacular, con una mano me masajeaba los huevos y con la boca iba chupando mi miembro, primero por fuera y luego metiendolo dentro de su boquita. Cuando no tenía la boca llena, me decía:
- Avísame antes de correrte, vale???
Yo no le prestaba mucha atención. Y seguí disfrutando. Estuvimos así un buen rato, y cuando ya no aguanté más, la cogí de la cabeza y la apreté contra mi polla diciéndole:
- Cómetelo todo, ah, traga, traga, ah, ah, si, ahora, obedece.
Ella intentaba apartar su cabeza pero como no podía, pues yo le tiraba de los pelos y le dolía, acabé corriéndome en su boca.
- ah, si, si, Zorra, come, traga, goza como una puta...., obedeceme, quiero ver como te lo tragas todo, Le decía yo.
La corrida fue tan grande que no pudo tragárselo todo y se le escapó un churretón de semen por la cara, y ella afligida por no haberme complacido y con cara de placer me miró con la cara llena de mi lefa, y me dijo;
- No me he portado bien, verdad?? Y me vas a tener que reprimir¡¡ Me darás unos cachetes en mi culo???
Mirando con cara de vicio, mientras se limpiaba la lefa y se la remetía en la boca con los dedos, para no dejar ni una gota y hacer lo que le había ordenado tragándose las últimas gotas.
- Se me ha escapado un poco de tu leche, Pero es que nunca había visto una corrida tan grande y mi boquita es pequeñita.
A todo esto, ella empezaba a tocarse el coño restregándose contra mi pierna, moviéndose, se puso otra vez a cuatro patas y me dijo que estaba preparada para recibir su merecido. Esto me excitó muchísimo y cogí con mi polla flacida y se la metí en la boca diciéndole:
- Toma, limpiala bien.
- Y ella: Mmmm, mmm, ah, si , la tienes muy flojita.
Se esmeró en dejarla muy limpita, tragándose todas las sobras de la corria que aún quedaban en mi polla. Hacía lametones de arriba abajo y cogiendo con sus deditos mi miembro con suavidad. Se lo metió entero en la boca de nuevo, pero como ahora la tenía blandita, le entró enseguida hasta los dos huevos, que los introdujo enteros. Con mucho cuidadito, fue lamiéndolo todo. Cuando terminó, me puse detrás de ella, la cogí con una mano por los pelos, mientras apoyaba su culo contra mi cuerpo, y con la otra mano, le iba dando palmaditas en el culete:
- ¿Cuantas gotitas se te han escapado?
- No casi nada, mi amor¡¡ Casi me lo tragué todo. qué bueno está el fruto de tu polla. Como me gustó. Nunca nadie se había corrido de esa forma en mi boca. Me llenaste toda y sentí que me llenaba de ti, mi amor...
- Cuanto placer me has dado, te has portado muy bien, pero como se te ha escapado un poco tendrás que recibir tu merecido.
- Ah, si, dame, ah siiiii, siiiiii,
Yo tiraba del pelo para que su cara me mirara y tuviera la boca abierta para verle los restos de semen aún dentro de su boca, y con la otra mano le iba dando pequeños azotes en el culo, luego la acariciaba las tetas, cogiendole los pezones y tocándolos con suavidad, convinandolo con pequeños azotes. Mientras ella gemía de entre placer y dolor, yo me iba excitando cada vez más y sus gemidos me encendían y me ponían cada vez más cachondo.
- Ah, me haces daño¡¡¡¡ oh,, que gusto, mmmmhhh... que bien¡¡¡¡¡ uy mi culito.
- Y Zas, y zas que culo más bonito que tienes y como me gusta que se ponga erguido.
- Qué me vas a hacer? – dijo ella temerosa.
- Qué quieres que te haga?
- Ah, ah, me la vas a meter por el culo? – Insistió
- Si te voy a dar tu merecido.
Esta conversación me puso a mil y empecé a rozarle los labios de la vajina con mis dedos, dibujando círculos y poco a poco al ritmo de sus gemidos, fui pasando de los labios exteriores a lo interiores y al llegar al clítoris, me dí cuenta de que estaba muy duro y excitado. Todo su cuerpo estaba en tensión de la hiperexcitación que tenía. Empecé a meterle un dedo en el coño y luego dos, primero de lado y luego de canto, a lo que ella exclamó de placer:
- ah,ahhhh, siiiii,
- Que bonita y preciosa eres cariño. Verte gozar me está poniendo loco.
- Sigue, métemela, ah, ah, fóllame, si, ............
En ese momento, mi polla estaba completamente erguida y tan dura que al empezar a penetrarla empezó a gritar de placer, pues su vajina estaba totalmente húmeda y mi miembro se resbalaba hacia dentro. Empecé poquito a poco sólo metiendo el capullo y sacándolo con suavidad para darle el máximo placer, mientras ella gemía sin parar. Sus gemidos me iban excitando más y más y eso incrementaba el ritmo de mis penetraciones cada vez más profundas hasta que llegué a lo más profundo de su vagina y empecé a empujar metiendola y sacándola hasta el final con violencia. Ella se corrió varias veces y flujos de su cueva no paraban de lubricar toda la zona. Estaba empapada de flujo vaginal, y seguía pidiendo más y más que quería seguir corriéndose y que nadie se la había follado como me la estaba follando yo, así que le saqué mi polla, la tendí en la cama mientras me gritaba,
- ah, no pares, sigue, sigue.
- Te voy a dar todo lo que quieres que te haga, para hacer que goces como nunca antes.
Una vez tendida, le cogí de la pelvis con mis manos, la levanté y le introduge toda la polla de una sola vez. Ella pegó un gritito y justo cuando estaba toda dentro le siguió un gemido. Ahora lo sentía mucho más por la postura que tenía con todo su cuerpo levantado y mi polla metida dentro. Justo antes de que se volviera a correr, la levanté de la cama, le dije que se apoyara en el escritorio boca abajo y que pusiera su culo bien erguido, cosa que hizo enseguida, preguntando:
- oh, estoy muy cachonda; me la vas a meter por el culo? Me harás daño, no¡¡¡¡
- Estas muy excitada y te va a calmar, ya verás que te vas a correr de gusto. Te lo voy a hacer con mucho cariño dándote exactamente lo que tu quieres.
Le cogí todo el líquido de su coño y le froté el ano, le escupí con mi saliva, a lo que ella pegó un pequeño repullo y le fui introduciendo un dedito para ir abriéndole el culo.
- ah, aaaaaaaahhhhhhhhh, ah, como se siente¡¡¡¡¡ Ah, ¿y tu polla? Saciame, ahh,
le metí otro dedo y fui abriendola poco a poco. El olor de su culo me excitaba más y más y verla como giraba su cara de cuando en cuando, para ver como la iba a penetrar me la ponía cada vez más dura. Se giraba y decía:
- ¿Me la vas a meter?
- Te voy a meter otro dedito.
- Ohhh, siiii, ahhhh
Poco a poco se iba relajando y dilatando su ano, yo le iba dando lametones e introduciendo los dedos dentro con mucho cuidado, primero dejándolos quietos (cuando ella empezaba a moverse adelante y atrás, para sentirlos más, me confirmaba que ya estaba preparada para la siguiente etapa). Acercándome a su oído y en voz baja le dije:
- Ahora viene lo que a ti te gusta, pues me la estas poniendo durísima. Te la voy a meter de una vez. Eres tan hermosa y te deseo tanto, que no puedo resistirme a tus encantos y el movimiento de tu cuerpo tan hermoso desencadena un frenesí en mi.
- Oh, si, si, la quiero sentir toda dura dentro de mi.
Entonces me la cogió con su mano y la acercó a su culo. Empezé a frotarle mi polla por el ojete de su culito arriba y abajo y esto la hacía enloquecer.
-Ah si, metemela, metela ya, ah, ohh, como la siento, quiero esa polla dentro de mi culo, ah, siii,
Su cuerpo se estremecía una y otra vez. Supongo que la espera de sentir mi polla dura y caliente dentro de su culo la volvía loca, así que no la hice esperar más y en uno de los vaivenes la penetré lentamente, agarrándome a sus caderas, primero sólo el capullo, y sentía todo mojadito y chorreando, luego la saqué y la volví a meter un poco más, y así sucesivamente hasta que tenía media polla dentro y la dejé quieta. Su culo estaba bien dilatado y se acoplaba perfectamente a mi polla que la sentía prieta y húmeda dentro de aquel precioso cuerpo, y ese culo redondito, bien torneado y apretadito.
- ah, me hace daño,---decía al principio, -- ah ah, OH,OH, qué bien¡¡¡¡ --dijo por último girando la cara sonriente.
Sus gritos se entremezclaban entre el dolor inicial y el placer que sentía con mi polla metida dentro. Con la boca abierta, dirigía su mirada hacia mi volviendo la cabeza con una mirada entre viciosa y perversa con una pizca de inocencia que era lo que más me ponía.
Sentirla dentro mientras la toqueteaba por todas partes era una sensación indescriptible. Tener a esa diosa del deseo penetrándola por el culo, viéndola a 4 patas delante mío expuesta a todas mis perversiones sexuales era algo tremendamente excitante. Tocaba sus pechos duros, tersos y erectos, le rozaba sus pezones, la cogía del pelo y la estiraba para que sintiera la raíz de sus cabellos en tensión igual que toda la piel, y con la otra mano estimulaba su clítoris rozándole los labios exteriores e interiores.

Cuando la sintió quieta dentro, expiró de placer y empezó a moverse adelante y atrás para sentirme dentro de si. Se la sacaba entera para volver a sentir la penetración completa y hasta el fondo y no paraba de gemir profundamente. Este vaivén lento y profundo me hizo sentir la mayor excitación de mi vida. Sin poder controlarme y a los pocos minutos sentí como me iba al tiempo que ella, al sentir los temblores de mi polla, se corría también y mis dedos sentían su excitación al tocar su clítoris que soltaba su flujo vaginal a borbotones.
Sin poder resistirlo, me pegué una corrida monumental. La primera descarga quedó dentro del culo y empezó a salir leche blanquita, para la segunda descarga, le saqué la polla del culo y estirándola del pelo acerqué su boquita abierta mirándome con deseo de tragar mi lefa a mi pollón inchado y descargué en toda su boca y cara. Los churretones le caían por todas partes, pelo, cara, en los ojos y por las mejillas y con la legua los iba recogiendo y se los seguía tragando delante de mi. Con mi polla la ayudaba e iba recogiendo como si fuera una cuchara para despues meterle la polla chorreando de leche en la boca.
- Ahora que has gozado como una puta, tienes que limpiarlo todo, que te has chorreado por todas partes.
- Si, dame tu polla. Quiero chuparte todo y dejartela limpita para tragarme todo el churretón. Oh, que polla tan grande me acaba de penetrar el culo. Como me has hecho gozar.
Y despues de esto caímos los dos en la cama, ella se puso frente a mi con la almohada debajo de su pelvis y metiendose los dedos en el coño se masturbaba diciéndome dame más caña. Soy una pedazo de guarra muy viciosa que no puede parar de sentir tu polla enorme dentro de mi. Dale más a tu zorra viciosa. Ah, si, . Yo la veía masturbarse y sin dejar de masturbarme yo me volví a empalmar, mi polla estaba lubricada con la saliva de la niñita y no tuve problema en volver a penetrarla por el coño. Esa se echó encima mío y empezó a subir y bajar recorriendo mi enorme polla agarrada al cabecero de la cama.
- Ah, ah, no había visto un pollón tan grande en mi vida. Oh, cariño pero que puta soy que me gustan las pollas grandes que me den dolor y placer para abrir mi coño. ¡que puta soy ¡¡ Me pagarás bien, verdad??? Le pagarás un buen dinerito a tu putita que te lo hace todo lo que tu le pides. Eh??
- Ah,¡¡¡ si, sigue mi niña, te quiero amor mío.
Se pegó una corrida, y al sentir como se estremecía su cuerpo y como se chorreaba otra vez, me puso a 100 y me hizo correr de gusto. Me pegué otra gran corrida y la llené de leche por dentro de su coño.
Así nos quedamos con mi polla dentro de su coño durante unos minutos. Luego quedamos dormidos.

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