martes, 15 de septiembre de 2009

intercambio de conocimiento

Acababa de llegar a Barcelona por cuestiones de trabajo (soy de Zaragoza, y como muchos de mi tierra conseguí mi primer trabajo “serio” en Barcelona, aunque regresé a la ciudad del Ebro hace poco, en cuanto me salió una buena oferta).
Por mi trabajo (soy ingeniero) necesitaba dominar el idioma inglés, cosa que no era cierta a pesar de lo que había puesto en mi currículum. Así que en cuanto estuve instalado en la ciudad condal inserté un anuncio en internet solicitando un intercambio de clases particulares (inglés por cualquier asignatura de ingeniería), dado que mi nivel económico en aquel momento no era muy elevado (acababa de llegar y era mi primer trabajo en serio) y no podía permitirme una academia.
Tuve varias respuestas, al final me puse de acuerdo con una chica inglesa, de nombre Susan y que estaba haciendo el “Erasmus”. Necesitaba mejorar sus conocimientos de electrónica, y como era un tema que tenía mas reciente que otras materias me pareció lo mas cómodo para mí.
Susan era una inglesita menudita, pecosa y de pelo algo rojizo y rizado. Hablaba bastante bien el español y sus conocimientos de electrónica eran mas bien escasos. Tenia un culito respingón muy apetecible (en aquella época solo había probado dos culitos, y cuando vi el de Susan no pude dejar de imaginarme lo apretadito y delicioso que debía ser).
Al terminar uno de nuestros intercambios de clases (los hacíamos en un pequeño apartamento que había alquilado, me salía por un pico, pero me gustaba tener mi intimidad y no tener que compartir un piso con nadie), le saqué una cerveza fría de la nevera y me dispuse a enseñarle un programa de diseño de circuitos electrónicos del que le había hablado.
Al activar la pantalla del ordenador, apareció la lista de descarga del e-mule (prometo que no era mi intención que la viera, pensaba que lo tenía minimizado)… ni que decir tiene que la mayoría de los archivos eran películas XXX muy fuertes, la mayoría que nombres en inglés que Susan leyó antes de que pudiera darme cuenta. Tomó un trago de la botella de cerveza, me miró y me pregunto si veía muchas películas de “ese género”. Como el mal “estaba hecho” decidí jugarme el todo por el todo y le dije que sí, que tenía una buena colección, y le pregunté si le apetecía ver alguna.
Para mi sorpresa me respondió afirmativamente, así que seleccione una de “Estudiantes en acción” (mis favoritas en aquella época) y le dije que se acomodara en el sofá mientras iba a buscar otra cerveza a la nevera (el bulto en mi pantalón era ya evidente). Al regresar me la encontré acariciándose la rajita por encima de su pantalón mientras miraba la pantalla del ordenador. Le entregué la cerveza, me senté a su lado, bebí un trago de la mía y “descuidadamente” mi mano fue a juntarse con la suya en su entrepierna. Le pregunte si le importaba, se rió, y puso su mano en mi paquete sobándolo sin reparo.
Seguí acariciándola un rato mientras ella hacía lo mismo. En la pantalla uno de los actores empezaba a comer el coño de una chica. Me dio envidia y decidí hacer lo mismo. Me puse de rodillas, ella sentada en el sofá con sus piernas abiertas. Le quité los pantalones de tela fina, aparte un poco sus braguitas y comencé a pasear mi lengua por encima de su rajita caliente y húmeda. De su boca empezaron a salir suspiros y gemidos mientras aceleraba el ritmo de mi lengua sobre sus labios vaginales. Le quite las braguitas y abrí sus labios vaginales con mis dedos para meter mi lengua hasta el fondo. Continué subiendo mi lengua hacia arriba, buscando su clítoris, mientras con dos de mis dedos penetraba su coñito. Estuve así un buen rato, saboreando sus jugos y haciéndola vibrar con mi lengua.
Me hizo poner de pié delante de ella, me quito los pantalones y los calzones dejando mi pene bien tieso a la altura de su boca. Empezó a pasear su lengua por mi glande mientras su mano se movía rítmicamente a lo largo de mi pene. Estuvo así un rato, saboreando mi polla y acariciándola con una mano mientras se tocaba el coño con la otra.
Se sacó la polla de su boca, y abrió bien sus piernas, cogió mi polla y la guió hasta la entrada de su coñito. Se la metí hasta el fondo, empecé a moverme rítmicamente, mirando la expresión de placer y deseo que tenía en su rostro. Seguí follándola un buen rato, notando como su coño mojaba mi polla con su humedad.
Hice que se pusiera de rodillas sobre el sofá, y se la metí por el coño desde atrás, agarrando con fuerza sus caderas y metiéndosela más y más en cada embestida. Mientras seguía follándola empecé a pasear un dedo por su ano, haciendo círculos con él alrededor de su agujerito trasero. Humedecí bien mi mano, y unté con mi saliva su entrada trasera, sin dejar de follarla. Seguí acariciando su esfínter con mi dedo, haciendo “amagos” de introducirlo.
Cuando note que empezaba a correrse, le introduje mi dedo hasta el fondo en su culo, y comencé a meterlo y sacarlo mientras le venía el orgasmo. Notaba como su esfínter se cerraba alrededor de mi dedo… me imaginaba como sería tener mi polla allí dentro (ese era mi objetivo final). Se corrió con gemidos muy fuertes, quedando derrengada sobre el sofá.
Saqué mi polla todavía dura (no me había corrido), dejé mi dedo en su culo y me recosté un momento junto a ella. En la pantalla del ordenador se veía como sodomizaban a una colegiala… Decidí practicar un poco de inglés y le dije algo así como: Let me try it? (mas o menos algo así como ¿me permites probar?), señalando la pantalla. Me miró con cara de traviesa, y respondió: Ok, but slowly… is my first time, my ass is virgin. (algo así como: De acuerdo, pero despacio… es mi primera vez… mi culo es virgen... parecía que las clases de inglés funcionaban).
Ya lo había notado por como apretaba mi dedo cuando se lo introduje. Así que pensé que lo mejor era trabajárselo con delicadeza. Fui a buscar un tubo de vaselina que tenía en el aseo y me “dispuse a la faena”. Primero estuve un buen rato pasándole mi lengua sobre su esfínter, notando como palpitaba bajo las caricias de mi lengua. A la vez lo humedecía con mi saliva. Escuchaba como soltaba algunos gemidos producidos por el placer que le estaba proporcionando. Después puse un poco de vaselina sobre mi dedo índice y sobre su agujerito. Con suavidad lo introduje dentro, y esperé un poco a que su orificio se acostumbrara a mi dedo. Mientras con la otra mano le acariciaba el clítoris y la rajita. Cuando noté que empezaba a dilatarse comencé a meter y sacar el dedo con suavidad, poniendo un poco mas de lubricante. Poco a poco le introduje otro dedo, ya eran dos, su culo se estaba ensanchando para mí... se veía extremadamente caliente y delicioso. Le pregunte si le dolía, me dijo que un poco, pero que siguiera adelante.
Una vez lo vi bien dilatado hice que se volteara y la puse boca arriba en el sofá, con una cojín en su espalda para elevar su culito a la altura adecuada. Cuando abro un culito por primera vez me gusta ver la carita de la chica a la que se lo hago... a sí se con seguridad si hay que parar en un momento dado... (y también disfruto viendo la cara de placer que ponen cuando descubren las nuevas sensaciones que les proporciona el sexo anal).
Embadurné mi glande con vaselina y lo puse sobre su agujerito, lo abrí un poco con mis dedos y poco a poco lo fui introduciendo. Su cara hizo un gesto de dolor, que se evaporó en seguida, en cuanto tubo todo el glande dentro. Se la introduje un poco más y comencé un mete y saca muy suave, añadiendo algo de vaselina para mejorar la lubricación.
Empezó a acariciarse el clítoris mientras seguía con la sodomización. El placer que sentía yo era indescriptible, su culo era apretadito y caliente, y verla masturbándose y disfrutar mi enculada. Cuando vi que aceleraba los movimientos de su mano por la cercanía del orgasmo, aceleré el ritmo del mete-saca, corriéndome dentro de su culo, mientras a ella le llegaba un orgasmo brutal. Saqué mi polla de su ano, viendo como mi leche salía de su estrecho y recién abierto agujerito.
Descansamos un rato abrazados, y después me dijo que lo había pasado muy bien, que siempre había tenido algo de miedo con el tema “anal”, aunque era algo que quería probar, y que era un “experto”, o por lo menos lo parecía (era el segundo culito que desvirgaba, y el tercero que probaba, así que de experto nada de nada). Me pregunto si podríamos repetirlo alguna vez, y claro, le dije que cuando quisiera (imaginaos, recién llegado a la ciudad condal, aburrido... y de pronto me encuentro con una cosita así...).

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